Si bien este no es un cuento, si da para pensar y reflexionar sobre nuestro modo de vida y las actitudes que frecuentemente tenemos frente a los demás.
Es bien sabido y desde tiempos inmemoriales las largas discusiones que producen la posición de la tapa del inodoro que si la bajo, que si la subo, pero jamás se llevo el tema " mis pertenencias" al tapete de la discusión de pareja
Es conocido el cariño que solemos profesar los hombres por las cosas simples y sencillas, por ejemplo quien no se encariño con ese viejo y cómodo calzoncillo? que un día después del baño te vas a poner y .....no está.
Revolves los cajones pero no aparece hasta que te decidís y le preguntas a la diosa, che negra, el calzoncillo azul ese que tenía un agujerito al costado, donde está
Y ahí te encontras con la fatídica respuesta, solo dos palabras que quedan retumbando en tus oídos
¡¡Lo tiré!!
¿Como que lo tiré? pero si es mío, además solo tenía un pequeño agujerito en la costura.
Y?..... no pensaras salir a la calle con eso roto?
Todo eso como si uno saliera a la calle sin pantalones que tapen al amado calzoncillo, y ante el intento de protesta viene una avalancha de excusas tales como, pero mira si te descompones y te llevan al hospital, que va a pensar el médico. Como si a uno le importara un pito, tirado en medio de la calle, que puede pensar un médico como no sea salvarte la pobre y vapuleada vida que te queda, no jodamos lo menos que pretendo es que el médico me mire el calzoncillo si lo que me falló en medio de la multitud fue el corazón, que dicho sea de paso está bastante mas arriba de las partes pudendas
Además con esa frase "algo te puede pasar" ya salís condicionado, ¿porqué me tiene que pasar algo, y encima malo?
Lo mismo pasa con la remera blanca, la de la manga descocida y manchas rojas por haber entrado al lavarropas juntos con prendas de ese color (por equivocación, claro), pero la remera es tuya, vos la queres, la amas, es cómoda, además no la vas a utilizar en la fiesta de recepción de tu hijo ni en una reunión de trabajo. Pero cuando te la queres poner te salen con las dos palabras ¡¡la tiré!! y además le agregan con desprecio, si no servía ni para trapo de piso
Es que no puedo decidir yo cuando quiero desprenderme de mis preciadas prendas? ¡¡¡son mías!!! y yo quiero decidir cuando tirarlas o solo guardarlas de recuerdo de mejores años
Es por eso que la tapa del inodoro es solo una pequeña venganza que nos tomamos por tanto remericidio y calzoncicidio suelto
Que tengan un buen día