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LA CIUDAD
Página 1 de 1.
13112013
LA CIUDAD
LA CIUDAD
la ciudad
apila sus víctimas
hipertensos, diabéticos impotentes,
soriásicos psicóticos, infartados
con hígado graso
con colesterol
grasa en las arterias
grasa en la sangre
grasa en el cerebro
tabaquismo, cirrosis
artritis, artrosis
cáncer, parkinson
esclerosis múltiple
síndrome de ansiedad
síndrome de abstinencia
síndrome de ausencia
síndrome de down
síndrome de up
lisiados del alma
heridos de muerte
y pensar que no hace tanto
eramos niños
detrás de una pelota
vistiendo una muñeca
los ojos claros, nuevos
jardín de la inocencia
y hoy somos este río de despojos
rumbo al mar de la muerte
mitad niños, mitad hombres
mitad vivos, mitad muertos
la ciudad apila sus víctimas
implacable, insufrible, invivible
y la montaña es alta
y el hedor nauseabundo
hoy me reconocí
entre la pila de cadáveres
pero estaba apurado
tenía que llegar
al pagofácil
Javier Lombardo
(Javier Lombardo, actor, padece de Parkinson)
Este poema será publicado en su nuevo libro "Poemi"
Cris- Moderadores
- Mensajes : 2393
Fecha de inscripción : 03/04/2011
Edad : 76
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LA CIUDAD :: Comentarios
Miér 13 Nov - 22:15:56 ge
Cruel y cierto hasta la ùltima descripciòn llena de ironìa.
Bello en su contundencia de la cotidianeidad y en lo que nos convertimos con el paso del tiempo.
Busquè en Internet mas sobre este nuevo libro y lo que leì, me pareciò MUY INTERESANTE TAMBIEN, para acoplarlo a este escrito que dejaste, Cris. De su pàgina y de este libro que està promocionando agrego esto, que me parece vale la pena compartirlo. Para quienes son de otros paìses, les cuento que Javier Lombardo es un actor argentino que en este momento, sufre Mal de Parkinson.
"LA ZONA " de Javier Lombardo
Todo es extraordinario.
Aunque no querramos enterarnos. Y aunque no nos importe.
Que hoy te hayas despertado, desayunado, y que le hayas dado un beso a tu mujer y a tus hijos, es un pequeño milagro. Nos parece natural porque creemos que la vida transcurre de acuerdo a lo que pensamos. Grave error. Fácil de comprobar cuando una mañana cualquiera, sencillamente, no te despertás porque ya estás muerto.
¿Qué paso?
Si, tenía una salud excelente. Tenía, ya no la tiene. Algo estaba pasando en el interior de ese hombre o de esa mujer que lo llevó a la muerte, algo de lo que no teníamos la menor idea.
Quién conoce al otro? Quién se conoce a sí mismo?
A veces no alcanza una vida.
Las 51 almas que perecieron en el trágico accidente de ONCE, no tenían ni siquiera vislumbrado morirse. Pero ya no están. Quizá duró algunos minutos. Ninguno pudo preguntarse, por qué a mí? , simplemente no tuvieron la oportunidad. En segundos dejaron de respirar. Ya no estaban más en esta tierra.
Esta conciencia que parece cruel pero es sólo real y verdadera, es la clase de pensamientos que empezaron a generarse en mi cabeza cuando me enfermé.
Yo le llamo, LA ZONA.
Ese lugar donde veo con claridad. La mayor parte del día no estoy en LA ZONA, pero cuando por alguna razón entro, aunque sea por un segundo, todo se aclara y me inunda algo parecido a la paz mental y espiritual. Y entonces me relajo, bajo cuatro cambios y camino despacio y pienso aún más despacio. Por eso soy la tortuga que soy.
El parkinson me llevó a eso. El parkinson me arrastró a la zona. El parkinson me dió ese poder que antes no tenía. El parkinson es el responsable de que escriba sin parar. Abrió el grifo. Y sale agua sucia, y poco a poco se va aclarando, hasta que se vuelve a ensuciar. El parkinson me llevó y me llevará a lugares nuevos, seguramente conoceré gente y haré cosas que nunca imaginé antes para mí. El parkinson abrió puertas insospechadas, y detrás de esas puertas había bosques mágicos, paisajes desconocidos que invitan a ser explorados, un misterio a develar.
Podría decirse lo mismo de otra enfermedad. La enfermedad es un nombre. Y para los que la padecen es también un estigma. Y una oportunidad. Ya no planeo cosas. No sé donde voy a estar dentro de una hora. Quizá no esté más. Lo que te limita la vida es lo mismo que te la expande.
La pierna derecha que arrastro cuando camino y el temblor de mi mano y de mi alma por momentos me hacen sentir miserable. Pero me dieron alas. Y yo vuelo. Nunca antes había volado así. Nunca antes me había sentido así. Lo que nos limita es también lo que nos ensancha. Lo que perdemos nos hace ganar otras cosas. Cuando nos equivocamos descubrimos gracias a ese error caminos nuevos , que antes no se nos hubieran ocurrido. EL ERROR ES BENDITO decía TOMIO KIKUCHI. Los errores no existen, decía MILES DAVIS.
Equivocarse es acertar. Perder es ganar. Enfermarse es sanar. La enfermedad nos da poder.
Nadie sabe de que se trata la vida. Y el que cree que tiene algo claro está realmente perdido. El que dicta cátedra es el primero que debería callarse. El que está seguro es el más desamparado. El que no duda no está sintonizado con la naturaleza de la vida. Nadie sabe qué es la enfermedad y yo menos. Sólo estoy convencido de una cosa. Tiene un sentido. Quiere decirnos algo. Nos está gritando para que escuchemos. Nos está mostrando un camino nuevo. Y nos está invitando a recorrerlo. Ese es el desafío. Esa es la clave. Cambiar un hábito puede llevarnos media vida. Si seguimos a nuestro corazón la vida nos compensa. Quién se enfermó aprendió algo. Sabe algo que otros no saben. Y este conocimiento es intransferible.
¿Cómo no creer que todo es extraordinario, si estoy escribiendo este artículo aquí, en VALEGGIO SUL MINCIO, hoy fuímos con Carmen a dar una ¨passeggiata¨en bicicleta a orillas de ese río del color del tiempo y mañana nos tomamos el avión para Calabria, donde en una universidad muy importante y luego de escuchar a gente muy docta, tendré que salir al escenario a presentar mi libro PoéMI en una edción bilingüe y de lujo con dibujos y poemas de mis hijos?
Yo siempre voy a ser ese chico de barrio algo confundido que creció a los golpes en un mar de tristeza, así que saldré con mis jeans y mi camisa a contar la historia de este libro mágico. Pero, si yo yo no hubiera puesto el alma en las palabras, si no hubiera creído en ellas, estaría ahora en ITALIA, de gira con un libro de poemas?
Absolutamente ridículo, impensado, inviable. Sin embargo estoy escribiendo esto entre estas personas que hablan italiano y hoy vimos un encuentro de FERRARIS cerca del parque y nunca en mi vida había visto tal despliegue de autos rojos, con ese diseño increíble, manejados por gente adinerada. Y entonces, otra vez me pellizqué y me dije? Si , Javier, estás en ITALIA, de gira con tu libro de poemas, y la verdad, todavía no tenés ni la menor idea de todo lo que te puede pasar.
Cuando tengo esos pensamientos, se que estoy en LA ZONA, donde parece que alguien me dicta que es lo tengo que hacer. Todos los que convivieron con el dolor pueden entrar en su ZONA y darse cuenta que hay que relajarse, vivir hoy, hora a hora, porque mañana es un misterio.
¨LA VIDA SE ENCOGE O SE EXPANDE DE ACUERDO AL CORAJE DE CADA UNO¨ decía ANAIS NIN, la genial escritora, pareja de HENRY MILLER.
Y es una verdad como un templo. Los milagros existen, las palabras son poderosas, la enfermedad puede ser ese camino que mejora tu vida. Es una decisiòn.
Cuando la tomes, todo el universo se va a poner a tu favor. Y no es una frase.
Ci vediammo amicci.
Javier
Bello en su contundencia de la cotidianeidad y en lo que nos convertimos con el paso del tiempo.
Busquè en Internet mas sobre este nuevo libro y lo que leì, me pareciò MUY INTERESANTE TAMBIEN, para acoplarlo a este escrito que dejaste, Cris. De su pàgina y de este libro que està promocionando agrego esto, que me parece vale la pena compartirlo. Para quienes son de otros paìses, les cuento que Javier Lombardo es un actor argentino que en este momento, sufre Mal de Parkinson.
"LA ZONA " de Javier Lombardo
Todo es extraordinario.
Aunque no querramos enterarnos. Y aunque no nos importe.
Que hoy te hayas despertado, desayunado, y que le hayas dado un beso a tu mujer y a tus hijos, es un pequeño milagro. Nos parece natural porque creemos que la vida transcurre de acuerdo a lo que pensamos. Grave error. Fácil de comprobar cuando una mañana cualquiera, sencillamente, no te despertás porque ya estás muerto.
¿Qué paso?
Si, tenía una salud excelente. Tenía, ya no la tiene. Algo estaba pasando en el interior de ese hombre o de esa mujer que lo llevó a la muerte, algo de lo que no teníamos la menor idea.
Quién conoce al otro? Quién se conoce a sí mismo?
A veces no alcanza una vida.
Las 51 almas que perecieron en el trágico accidente de ONCE, no tenían ni siquiera vislumbrado morirse. Pero ya no están. Quizá duró algunos minutos. Ninguno pudo preguntarse, por qué a mí? , simplemente no tuvieron la oportunidad. En segundos dejaron de respirar. Ya no estaban más en esta tierra.
Esta conciencia que parece cruel pero es sólo real y verdadera, es la clase de pensamientos que empezaron a generarse en mi cabeza cuando me enfermé.
Yo le llamo, LA ZONA.
Ese lugar donde veo con claridad. La mayor parte del día no estoy en LA ZONA, pero cuando por alguna razón entro, aunque sea por un segundo, todo se aclara y me inunda algo parecido a la paz mental y espiritual. Y entonces me relajo, bajo cuatro cambios y camino despacio y pienso aún más despacio. Por eso soy la tortuga que soy.
El parkinson me llevó a eso. El parkinson me arrastró a la zona. El parkinson me dió ese poder que antes no tenía. El parkinson es el responsable de que escriba sin parar. Abrió el grifo. Y sale agua sucia, y poco a poco se va aclarando, hasta que se vuelve a ensuciar. El parkinson me llevó y me llevará a lugares nuevos, seguramente conoceré gente y haré cosas que nunca imaginé antes para mí. El parkinson abrió puertas insospechadas, y detrás de esas puertas había bosques mágicos, paisajes desconocidos que invitan a ser explorados, un misterio a develar.
Podría decirse lo mismo de otra enfermedad. La enfermedad es un nombre. Y para los que la padecen es también un estigma. Y una oportunidad. Ya no planeo cosas. No sé donde voy a estar dentro de una hora. Quizá no esté más. Lo que te limita la vida es lo mismo que te la expande.
La pierna derecha que arrastro cuando camino y el temblor de mi mano y de mi alma por momentos me hacen sentir miserable. Pero me dieron alas. Y yo vuelo. Nunca antes había volado así. Nunca antes me había sentido así. Lo que nos limita es también lo que nos ensancha. Lo que perdemos nos hace ganar otras cosas. Cuando nos equivocamos descubrimos gracias a ese error caminos nuevos , que antes no se nos hubieran ocurrido. EL ERROR ES BENDITO decía TOMIO KIKUCHI. Los errores no existen, decía MILES DAVIS.
Equivocarse es acertar. Perder es ganar. Enfermarse es sanar. La enfermedad nos da poder.
Nadie sabe de que se trata la vida. Y el que cree que tiene algo claro está realmente perdido. El que dicta cátedra es el primero que debería callarse. El que está seguro es el más desamparado. El que no duda no está sintonizado con la naturaleza de la vida. Nadie sabe qué es la enfermedad y yo menos. Sólo estoy convencido de una cosa. Tiene un sentido. Quiere decirnos algo. Nos está gritando para que escuchemos. Nos está mostrando un camino nuevo. Y nos está invitando a recorrerlo. Ese es el desafío. Esa es la clave. Cambiar un hábito puede llevarnos media vida. Si seguimos a nuestro corazón la vida nos compensa. Quién se enfermó aprendió algo. Sabe algo que otros no saben. Y este conocimiento es intransferible.
¿Cómo no creer que todo es extraordinario, si estoy escribiendo este artículo aquí, en VALEGGIO SUL MINCIO, hoy fuímos con Carmen a dar una ¨passeggiata¨en bicicleta a orillas de ese río del color del tiempo y mañana nos tomamos el avión para Calabria, donde en una universidad muy importante y luego de escuchar a gente muy docta, tendré que salir al escenario a presentar mi libro PoéMI en una edción bilingüe y de lujo con dibujos y poemas de mis hijos?
Yo siempre voy a ser ese chico de barrio algo confundido que creció a los golpes en un mar de tristeza, así que saldré con mis jeans y mi camisa a contar la historia de este libro mágico. Pero, si yo yo no hubiera puesto el alma en las palabras, si no hubiera creído en ellas, estaría ahora en ITALIA, de gira con un libro de poemas?
Absolutamente ridículo, impensado, inviable. Sin embargo estoy escribiendo esto entre estas personas que hablan italiano y hoy vimos un encuentro de FERRARIS cerca del parque y nunca en mi vida había visto tal despliegue de autos rojos, con ese diseño increíble, manejados por gente adinerada. Y entonces, otra vez me pellizqué y me dije? Si , Javier, estás en ITALIA, de gira con tu libro de poemas, y la verdad, todavía no tenés ni la menor idea de todo lo que te puede pasar.
Cuando tengo esos pensamientos, se que estoy en LA ZONA, donde parece que alguien me dicta que es lo tengo que hacer. Todos los que convivieron con el dolor pueden entrar en su ZONA y darse cuenta que hay que relajarse, vivir hoy, hora a hora, porque mañana es un misterio.
¨LA VIDA SE ENCOGE O SE EXPANDE DE ACUERDO AL CORAJE DE CADA UNO¨ decía ANAIS NIN, la genial escritora, pareja de HENRY MILLER.
Y es una verdad como un templo. Los milagros existen, las palabras son poderosas, la enfermedad puede ser ese camino que mejora tu vida. Es una decisiòn.
Cuando la tomes, todo el universo se va a poner a tu favor. Y no es una frase.
Ci vediammo amicci.
Javier
Jue 14 Nov - 13:31:19 Cris
Solo puedo decirte que terminé de leer este escrito de Javier Lombardo con carne de gallina y con un nudo en la garganta...
Lo vi el otro día en un reportaje que le hicieron donde leyó precisamente el poema que publiqué; por esa entrevista supe que su libro de cabecera era "La enfermedad como camino", un librito que yo sabía que tenía y que busqué desesperadamente pero... recordé que se lo había enviado a mi madre cuando empezó a no poder caminar por su páncreas consumido por la diabetes. Seguramente le sirvió y mucho, porque jamás la oí quejarse ni lamentarse. Hasta el último día de su vida tuvo a su lado un libro interesante que estaba leyendo, además del diario del día, donde recortaba determinados artículos que inevitablemente me despachaba.
Lo vi bien a Javier, más viejo que en su película "Historias Mínimas" (creo que de Sorín), y comentó algo del ejemplo que le estaba dando Michael Fox ("Volver al futuro) el cual gracias a los nuevos tratamientos se animaba a tener un programa por la tele.
Javier dejó de hacer teatro y de filmar cuando le empezó a temblar el brazo izquierdo, cuando temió olvidarse una letra y hacer el rídiculo, más que nada en teatro donde todo transcurre en un tiempo real.
Lo que posteaste me pega profundamente: entraré en MI ZONA.
Infinitas gracias por éste posteo!
P/D: El libro que te menciono fue uno de la bibliografía sugerida luego de mi I nivel de Reiki.I y último como sabés, porque siempre hay "algún palo en la rueda" que probablemente por ser demasiados no pude superar.
Lo vi el otro día en un reportaje que le hicieron donde leyó precisamente el poema que publiqué; por esa entrevista supe que su libro de cabecera era "La enfermedad como camino", un librito que yo sabía que tenía y que busqué desesperadamente pero... recordé que se lo había enviado a mi madre cuando empezó a no poder caminar por su páncreas consumido por la diabetes. Seguramente le sirvió y mucho, porque jamás la oí quejarse ni lamentarse. Hasta el último día de su vida tuvo a su lado un libro interesante que estaba leyendo, además del diario del día, donde recortaba determinados artículos que inevitablemente me despachaba.
Lo vi bien a Javier, más viejo que en su película "Historias Mínimas" (creo que de Sorín), y comentó algo del ejemplo que le estaba dando Michael Fox ("Volver al futuro) el cual gracias a los nuevos tratamientos se animaba a tener un programa por la tele.
Javier dejó de hacer teatro y de filmar cuando le empezó a temblar el brazo izquierdo, cuando temió olvidarse una letra y hacer el rídiculo, más que nada en teatro donde todo transcurre en un tiempo real.
Lo que posteaste me pega profundamente: entraré en MI ZONA.
Infinitas gracias por éste posteo!
P/D: El libro que te menciono fue uno de la bibliografía sugerida luego de mi I nivel de Reiki.I y último como sabés, porque siempre hay "algún palo en la rueda" que probablemente por ser demasiados no pude superar.
Vie 15 Nov - 14:33:13 Gatofidio
Si para ver el "ki", necesito de una enfermedad, y luego de leer todo los subido, que este señor, desperdicio demasiado tiempo de su vida en banalidades. Posiblemente no sea su culpa o si, sin embargo el medio condiciona en demasia con su avidez de ser y consumir, tan arraigada a las costumbre denominadas occidentales.
El libre "la enfermedad como camino", tambien se encuentra en mi biblioteca y llego a mis manos como complemento en la carrera de "adminsitracion de personal", dentro de ese parametro denominado "sociologia industrial". Y puedo asegurar despues de tanto tiempo de ejercer la profesion, que es el mejor ejemplo de ver a aquellas personas que se niegan a dar un salto en su vida, todo por un pedazo de pan.
El libre "la enfermedad como camino", tambien se encuentra en mi biblioteca y llego a mis manos como complemento en la carrera de "adminsitracion de personal", dentro de ese parametro denominado "sociologia industrial". Y puedo asegurar despues de tanto tiempo de ejercer la profesion, que es el mejor ejemplo de ver a aquellas personas que se niegan a dar un salto en su vida, todo por un pedazo de pan.
Vie 15 Nov - 16:42:48 ge
No olvidemos que ciertos temas, para algunos, son bastantes "obvios" o sabidos, mientras que para otros, son "materia nueva".
Cada ser tiene un grado interior de evoluciòn, digamoslo asì, diferente...
Lo importante, es que si a travès de una enfermedad, llega la "claridad", bienvenido sea... y que si eso, nos hace madurar internamente, doblemente bueno, porque nos permitirà asumirla mas fàcilmente y sacar provecho de ella a otro nivel.
Triste es, cuando no jamàs, llega ese momento a la vida de alguien.
Estoy segura, que parte de ese cambio profundo, beneficiarà a muchos otros.
Nada convence mas, que un cambio REAL, absolutamente sentido, por estar "hecho carne".
Cada ser tiene un grado interior de evoluciòn, digamoslo asì, diferente...
Lo importante, es que si a travès de una enfermedad, llega la "claridad", bienvenido sea... y que si eso, nos hace madurar internamente, doblemente bueno, porque nos permitirà asumirla mas fàcilmente y sacar provecho de ella a otro nivel.
Triste es, cuando no jamàs, llega ese momento a la vida de alguien.
Estoy segura, que parte de ese cambio profundo, beneficiarà a muchos otros.
Nada convence mas, que un cambio REAL, absolutamente sentido, por estar "hecho carne".
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