A VOS PIBA, LA MUJER DEL MOTOCHORRO

María José Consuelo, tu marido, el motoquero de La Boca, roba y no es la primera vez. Vos lo sabés, seguro. No podés dormir con él y no saber de qué viven. Vos me pedís que no lo juzgue. ¿Por qué no? ¿Porque esta vez lo filmaron? ¿Porque es la cara visible de la delincuencia callejera que nos ataca y nos lastima día a día? ¿Por qué tu marido tiene más derecho que yo a ser respetado?Me apuntaron, me pusieron un caño en la cabeza, lastimaron a mi marido, me robaron mi plata, en una sola familia. ¿ Qué mierda me estás pidiendo, que comprenda qué? De mi viejo, que pedaleó con un reparto para terminar el secundario y finalmente a los 40 se recibió de arquitecto. ¿Es más fácil que el negro salga a cruzar gente con la moto y le robe la mochila? ¿Sabés qué? No quiero dejarte en paz. Me rompí el alma, me gasté los jean en la calle, en la escuela y en la vida para lograr cosas.  No me cayeron de arriba. No son frutos de ningún plan ni subsidios. Yo no soy quién para perdonar. De eso, solo Dios. Pero vos tampoco tenés derecho a pedir que lo perdonen.
Somos responsables de nuestros actos. Te juro que aunque quiero, me cuesta comprenderlos. Sobre todo porque no es la primera vez. Tenemos que poner un límite. Un límite sano. Por favor, decile que no robe más.
Yo no sé si podría perdonarlo de vuelta. A tu marido o a otros como él. O a esos que un viernes a la noche me mandaron a mi marido de vuelta a casa, la cara chorreando sangre del golpe con la culata, huérfano de auto, de alianza, de documentos, de celular, de reloj que le había regalado el padre, gritándome desde la vereda "¡ Bajá, Viviana, me asaltaron!" Perdoné, traté de entender y comprender, disculpé a muchos ya ¿Él dice que está arrepentido? Me alegro. Nadie lo va a matar. Lo único que queremos es que él y que todos los otros como él, y como vos y sus mujeres, que son las que usan las carteras que nos arrebatan dejen de robarnos, de golpearnos y de lastimarnos. ¿Sabés por qué piba? Tenemos miedo, mucho miedo. Y una persona con miedo puede hacer una macana. Y no queremos. Te juro que no queremos.
Viviana Ham
vivianaham@yahoo.com.ar
De una carta de lectores de la sección "Dispuesto a escuchar"

El comentario
CONTRAPUNTO EN EL PAÍS IRACUNDO.
En los años 70 hubiésemos dicho que Gastón Aguirre, el motochorro de La Boca, " Es una víctima del sistema". Hoy no. En los años 70 algunos lo habrían estigmatizado como " El negro ese". Nosotros no: ni antes ni ahora. Es muy delgado el hilo que separa la " ira de los justos" de la venganza: en marzo, un motochorro fue asesinado a golpes en Rosario por vecinos exasperados. Había robado una cartera de una mujer. 
La lectora Viviana descargó toda su bronca en esas líneas. Se diría que escribió "Bajo emoción violenta". Sufrió mucho el delito y eso transmite aquí, palabra por palabra. Sin filtro. Desde ya que Gastón no es inocente: hay millones de pobres que no roban. Él eligió robar. Ya había estado preso y su cara pasó a ser símbolo del delito impune que acecha.
Osvaldo Pepe
opepe@clarín.com

Es justo que quienes laburamos, estudiamos o simplemente tratamos de vivir en paz, siendo personas de bien, debamos estar siempre tras las rejas que supimos construir a fin de preservarnos y preservar a los que amamos, de gente como tu marido, que sale alegremente, arma en mano a conseguir de manera fácil, y ràpida, lo que a otros nos cuesta horas de sacrificio, de esfuerzo? 
Rejas que solo pueden servir en una vivienda pero no en la calle, donde por dos mangos, un tipo como tu marido, te mete un balazo y con eso destruye no solo una vida, sino que deja familias hechas trizas y para siempre, gente que no merecía nada de toda esa basura. 
A ellos solo les queda esperar que haya JUSTICIA. 

Yo me pregunto y te pregunto: 
¿DONDE ESTAN LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS VICTIMAS?
DONDE ESTA LA JUSTICIA?
O será que algunos  dirigentes imbéciles, creen que con darle un subsidio para que vos, él y otros de su calaña, "no les pase nada en la calle", solucionaran este problema? Yo espero mi subsidio...  A todos nos tendrìan que dar uno, para que no nos pase nada en la calle, ni en la casa. No te parece? 

Cuando se es honesto y derecho, siempre hay un trabajo.
No será tan fácil ni te harás de plata sucia tan ràpido en los bolsillos, pero no tendras que tener tu minuto de fama tan patético para decir las idioteces que decis cuando intentas justificar lo injustificable...
Mientras no veas, como tantos otros que la vida no tiene el precio de un celular caro o un sueldo de un jubilado, todo este diálogo, es al pepe.
Mientras en este país, no se tomen medidas serias sobre la inserción laboral en vez de dar subsidios a la vagancia, seguiremos así.