jajajajajajajaja muy bueno, y aparte le aclaro, que no se me congelan los bigotes cuando ando en mi corcel mecanico jijijiji

¡Excelente!
JAJAJAJAJAJAJAJA!!!!!!
:lol!:
( cualquier parecido con la realidad SI es coincidencia)

José es uno de esos tipos que siempre está haciendo alarde de sus supuestas virtudes. Un día, en una reunión de amigos, aseguró que no había nadie como él para hacer imitaciones.
Desconfiado, uno de los presentes le preguntó:
Y tu ¿Qué imitas?
De todo, pero a los que mejor imito son a los gatos.
Pero, cualquiera hace “miau, miau”.
Sí, pero no cualquiera come ratones.

Un viejecito está en su casa viendo un western en la tele, con su gato al lado. Al cabo de un rato, le dice:
-¿Bah, has visto a ese idiota de cowboy? ¡Habla con su caballo!

¡JAJAJAJA!, muy buenos todos

Estan dos pájaros al estilo compadre ahi en un bar, y le dice uno a otro...

- ¿pío?

y el otro contesta...

- ¡¡Píe lo que quieras coño!! invito y...

?????????????????????????
Que te pasa gato maula???????? el podio de los chistes malos es mío, ¿me queres robar el cetro? jajaja

Instrucciones sencillas para darle una pildorita a su gato

1.Tome el gato y acúnelo con su brazo izquierdo como si estuviera sosteniendo a un bebe. Coloque el dedo índice y el pulgar de su mano izquierda para aplicar una suave presión sobre las mejillas del minino, mientras sostiene la píldora con la derecha. Cuando el gato abra la boca, arroje la píldora dentro. Permítale cerrar la boca a los efectos de que el gato la trague.
2.Levante la píldora del suelo y saque al gato de atrás del sofá. Acune al gato en su brazo izquierdo y repita el proceso.
3.Traiga el gato desde el escritorio y tire la píldora baboseada a la basura.
4.Tome una nueva píldora de la caja, acune al gato en su brazo izquierdo, manteniendo las patas traseras firmemente sujetas con su mano izquierda. Fuerce la apertura de mandíbulas y empuje la píldora dentro de la boca con su dedo medio. Mantenga la boca del gato cerrada y cuente hasta 10.
5.Saque la píldora de la pecera y al gato de arriba del armario. Llame a su esposa que esta en el jardín para que lo ayude.
6.Arrodíllese en el suelo con el gato firmemente sostenido entre sus rodillas. Mantenga sus patas traseras y delanteras quietas. Ignore los gruñidos que el gato emite. Pídale a su esposa que sostenga la cabeza del gato con una mano, mientras le abre la boca con una regla de madera. Arroje la píldora dentro y frote vigorosamente la garganta del gato.
7.Traiga al gato del portarrollo de la cortina. Traiga otra píldora de la caja. Recuerde comprar una nueva regla y reparar las cortinas. Barra cuidadosamente los trozos de figuras de porcelana y póngalos aparte para pegarlos luego.
8.Envuelva al gato en una toalla grande y pídale a su esposa que lo mantenga estirado, con solo la cabeza visible. Ponga la píldora en una pajita de gaseosa. Abra la boca del gato con un lápiz. Ponga un extremo de la pajita en la boca del gato y el otro en la suya. Sople.
9.Verifique en la caja para asegurarse que la píldora que se acaba de tragar no es dañina para seres humanos. Beba un vaso de agua para recuperar el sentido del gusto. Aplique apósitos a los brazos de su esposa y limpie la sangre de la alfombra con agua fría y jabón.
10.Traiga al gato del tejado del vecino. Tome otra píldora. Ponga al gato en el armario y cierre la puerta sobre su cuello, dejando solo la cabeza fuera del mismo. Fuerce la apertura de la boca con una cuchara de postre. Arroje la píldora dentro de la boca con una bandita elástica.
11.Vaya al garage a buscar un destornillador para volver a colocar la puerta del armario en sus bisagras. Aplíquese compresas frías en las mejillas y verifique cuando fue su ultima dosis de vacuna antitetánica. Arroje la remera que tenia puesta en el lavarropas y tome una limpia del dormitorio.
12.Llame a los bomberos para bajar al gato del árbol de la calle de enfrente. Discúlpese con su vecino que se acaba de estrellar contra su reja tratando de escapar del gato furioso.
13.Tome la ultima píldora de la caja. Ate las patas delanteras del gato con las traseras con una cuerda. Átelo firmemente a la pata de una mesa de la cocina. Busque guantes de trabajo pesado. Mantenga la boca del gato abierta con una pequeña palanca. Ponga la píldora en la boca seguida de un trozo de carne. Mantenga la cabeza vertical y vierta medio litro de agua a través de la garganta del gato, para que trague la píldora.
14.Haga que su esposa lo lleve a la sala de emergencias. Siéntese tranquilo mientras el doctor le venda los dedos y la frente y le saca la píldora del ojo. En el camino de vuelta a su casa deténgase en la mueblería para comprar una nueva mesa.
15.Por ultimo arregle con una oficina inmobiliaria para comprar una nueva casa y llame al veterinario, para averiguar si tiene algún hámster para vender.

jajajaja este si vale la pena jaja

¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!!!

Bueníiisimo!!

Los que alguna vez tuvimos gato, sabemos lo que es tener que darle un medicamento.

¡JAJAJA!, muy bueno Silu y es cierto Mino, por suerte no le he tenido que dar muchas pastillas a mis gatos, pero cuando lo he tenido que hacer, las tengo que cortar bien chiquitas y envolvérselas en un pedazo de carne, para lo cual he tenido que gastar medio kilo ya que el muy maula se daba cuenta y cuando la sentía al masticar, lo escupía

Que raro, yo antes de casarme tenía algunos gatitos pero nunca me hicieron drama por las pastillas

itos........o itas.......

En todos los años que mi esposo practicó su profesión con animales pequeños , , en una oportunidad le tocó castrar una gata que era el mismísimo diablo.
Comenzando por su dueña, que era una vieja amarga , antipática y repelente , (de apellido nada más ni nada menos que Canaveras: una bruja).
La gata, criada sin cariño ni mimos, era salvaje y desconfiada :una verdadera fiera.
El drama ya comenzó en el auto en que mi marido la pasó a buscar.
M ientras manejaba, mordió la canasta donde estaba ebcerrada, se escapó y se le trepó a la cabeza.
Mientras trataba de mantener el volante con la mano izquierda, trataba de sacársela de la cabeza con la derecha, mientras la gata le abría los brazos en canal con las garras.
Sangrando a chorros, la devolvió a la dueña porque era imposible trabajar en ese estado.

Cuando los arañazos curaron , la fue a buscar otra vez.
En esta ocasión, y ya en el consultorio, el tema era darle la anestesia.
La agarramos entre tres y la puso la inyección de tranquilizante y ahí la largamos al toque.
Maullando como loca salió disparada y se trepó a la cortina de la ventana , que no aguantó su peso y se fue cayendo al suelo en jirones con la gata prendida.
Del suelo salió disparada como un buscapié, y por una rendija se introdujo en mi casa saltando al primer mueble que encontró abierto que resultó ser donde yo guardaba la vajilla, especialmente los treinta y dos juegos de café y té que me habían regalado en mi casamiento.( en esa época no había listas de casamiento como ahora.)

Mientras subía por los estantes , con las patas traseras iba tirando al suelo tacitas, platitos, y demás yerbas dejando el tendal de pedazos de loza y cerámica regado por el suelo.
(Aclaro que desde ese día no me quedó un juego completo.)

Mientras yo estaba a los gritos por la destrucción la gata pegaba unos saltos espantosos, porque de los nervios la droga le había hecho el efecto contrario y estaba loquísima.

Cuando al fin se calmó, y fue operada, mi esposo la llevó a lo de la dueña, y no bien la sacó de la jaulita , la gata salió nuevamente disparada, saltó encima de los muebles ( recordar que tenía los puntos recién hechos), se metió debajo de la heladera y de allí no salió en tres días. Por supuesto que no se le pudo sacar los puntos, porque cada vez que mi esposo iba de visita para control, apenas le escuchaba la voz, la gata desaparecía por varios días.

¿darle una pastilla?
Olvídenlo.

Y después de tantas peripecias....imagino que la bruja pago todo los destrozos de su tierna gatita...............????

Barcino no preguntes cosas raras, que es eso de itas o itos, no entendí ni quiero
Señora Mino, usted me puede, yo no quiero ser así....de verdad, me siento una basura y usted es la culpable por hacerme sentir mal pero no puedo desaprovechar las ocasiones que me brinda para desarrollar mi otro yo
Al comienzo de las penurias de su marido aclara que su esposo practicó en sus comienzos con animales pequeños y claro, no me puedo contener y pregunto ¿cuanto mide y pesa usted? jijjiji
Por lo demás y con solo imaginar tu cara mirando la gata romper todo me estoy riendo a lo loco
Terminando con don Gato, a veces me asombra tu tierna inocencia......¿pagar? jajaja ¡¡andaaaaa!!!!

Mi queridísimo mosquetero, soy de talla y peso normales.
Pero no tenga la más mínima duda, que en aquellos tiempos, en que éramos recién casados, mi esposo practicó muchíiisimo, y no sólo en su profesión de veterinario.
¡Y hay que ver todo lo que aprendió y todo lo que me enseñó!!

Ah ! SIlu, gracias que la vieja bruja pagó los costos de la operación!

.

Ja! Ja! Ja!
Chicos, la verdad? Con esta tonelada de chistes me han hecho morir de la risa!
Las instrucciones de Silu para intentar darle una pastilla a un gato, impagables.
Y la experiencia del esposo de Mino con la gata sotreta esa, de terror y para desternillarse de la risa! (quizás por no haber vivido la experiencia!)
No tengo gatos, son unos bichos muy pero muy especiales, y quizás no reedité la experiencia de tener mininos porque mis hermanas menores eran en extremo adoradoras de los felinos, gato que encontraban se lo traían a casa, con los rezongos consiguientes de mi padre.
Yo, odiaba verlos afilándose las uñas en las sillas, cuando no el brazo de los sillones y encontrar éstos llenos de pelo!
Había uno, que evidentemente nos odiabamos mutuamente, gris, muy lindo pero insoportable, era tanto el rencor que me tenía que se complacía en orinarme la puerta de mi dormitorio, sacar el olor asqueroso que me dejaba sobre la madera era una tarea titánica! Y el rencor continuaba, llegué a calificarlo de "maricón" para ver si mi hermana se deshacía de él. Yo persistía en mis dichos porque el famoso gato, siempre tenía en la parte de atrás del cuello lastimaduras que aparecían en la época de celo.
Tu gato es marica, era mi frase favorita.Mi hermana decía que pasaba eso porque era un gato bravo y peleador por su hembra. Andááá!
Curarlo, darle un medicamento, era una tarea que a mi pobre padre le llevaba horas, y los gastos del veterinario eran abismales por ese gaterío infernal!
Muy limpios ellos, pero era inmundo a mis ojos ver las latas de arena en los rincones de la casa (en esa época no habían salido las piedritas famosas!) que según yo igualmente tenían un olor asqueroso a pis de gato.
Aún persisten en sus amores felinos, los cuales se suben arriba de la mesa, se comen el azúcar de las azucareras y para sentarte en las sillas de la cocina, siempre tenés que echar a alguno!
Hay aún una gata que era de mis padres, que debe tener como 100 años que sabe abrir la puerta para cuando se le antoja entrar, no dejo de reconocerle sus habilidades, pero ... cuando se muera seguramente mis hermanas harán una publicación en necrológicas!
Tuve un gato vecino, amarillo, que se complacía en hacer caca en la vereda de mi garage y desde el paredón o bien desde el sauce la sobraba a mi perrita que era pequeña y se empeñaba en ladrarle a morir. Desde que Fiona se hizo grande, no hay un solo gato por aquí!
Me gusta verlos en las ventanas de otros, tomando sol en el porch de otros, verlos en fotos, de lejos...Y cuando voy al sur y visito a mis hermanas... no tengo más remedio que soportarlos!!!!
Evidentemente entre los gatos y yo hay una cuestión que no resolveré en esta vida!

¡Mino, pobre tu marido y que paciencia! y me imagino que vos habrás quedado con la vena hinchada, tendrían que haberle pedido "reparación de daños" a la dueña.
A mí me gustan más los perros pero tengo una gata que traje de la otra casa y un gato que agarré en ésta, pero coincido con Cris que son muy especiales y aunque los míos tienen sus piedritas, por allí no me salvo de una marcada de territorio (machos y hembras lo hacen) en el garage y ahora hace bastante que no marcan dentro de la casa.
El gato es más mimoso pero la gata se deja acariciar hasta cuando quiere y luego ¡el zarpazo!, pero bueno, a los gatos hay que respetarlos como son.