Adolf Hitler no fumaba, pero tenía una caja de plata con sus iniciales, la cruz esvástica y el águila tallados sobre el metal. Ahí guardaba cigarrillos que les convidaba a sus invitados. Esa pieza forma parte de un lote de objetos personales del dictador alemán que se subastarán a fina de octubre en “Hermann Histórica München”, una casa especializada en objetos históricos.
Otro de los objetos que serán subastados son los anteojos que Hitler usaba para leer. En una foto del 6 de junio de 1944 se ve al dictador nazi rodeado de sus soldados mirando un mapa con los lentes puestos; esta pieza histórica saldrá a remate con un mínimo de 4.800 euros. Una curiosidad dentro del remate es una lámpara de pie de pantalla color natural que Hitler usaba en su casa en Munich; la base será de 5.000 euros.
Para poder participar de este polémico remate –que genera resistencia en algunas organizaciones de derechos humanos–, la casa Hermann exige como requisito que los interesados presenten un comprobante que acredite que los objetos solo serán usados con fines de investigación histórica.
En el remate también saldrán a la venta piezas de uso cotidiano del dictador. Un juego de cinco cubiertos con el águila, la cruz esvástica y sus iniciales (1.800 euros). Una pinza, también de plata, que usaba para agarrar terrones de azúcar, (1.200). Otro de los utensilios es un salero con las iniciales AH y las insignias nazis (2.000 euros).
Entre los artículos más importantes se destaca una edición de lujo del libro “Mein Kampf” (Mi lucha), que en su primera hoja dice: “A mi fiel compañero de prisión Rudolf Hess”- Munich, 17 de octubre de 1925”. Luego de fracasar el golpe de estado de 1923, Hitler y Hess fueron compañeros de celda. Años más tarde Hess se convirtió en el secretario personal de Hitler y lo ayudó a redactar el libro que fue la base del nazismo.
Hess fue el último prisionero nazi y, condenado a perpetua, se suicidó en agosto de 1987 en la cárcel. En junio sus restos fueron exhumados para impedir que se reunieran grupos de extrema derecha en el aniversario de su suicidio. Sus restos fueron cremados y tirados en alta mar.
También saldrá a la venta joyas del dictador como por ejemplo un prendedor de oro, diamantes y rubíes de la juventud hitleriana.
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Esta es el tipo de noticias que mas me gusta, no por la noticias sino por los comentarios que pueden generar, para todos los curiosos que nos gusta bucear en las aguas de la historias mas allá de las ideologías y de los consabidos cliset del bien y del mal. de Hitler esta todo dicho y terminado y la realidad es que por mas revisionismo o nostálgicos no va a volver, pero Hess, es otra cosa totalmente diferente y por eso coloree el parrafo.
Se dice que sus restos fueron cremados y tirados al mar para evitar el revisionismo, lo cual tiene logica y validez sin embargo tambien puede ocultar o mejor evitar dejar rastros, porque asi como los archivos secretos de Hess, fueron sucesivamente postergados, hasta ahora el 2015, pero parece que los van a prorrogar de nuevo. El motivo seria las raras circuntancias en que perdio la vida el Duque de Kent.
La muerte del duque en mitad de la Segunda Guerra Mundial ha hecho surgir varias teorías conspiratorias en torno al accidente. En algunas teorías se dice que el duque de Kent se dirigía a Suecia para negociar un tratado de paz con los alemanes. Con el duque viajaba Rudolf Hess, enviado por Adolf Hitler, a quien pertenecería el cuerpo sin identificar (al ser el nº 16 de una tripulación declarada de 15 personas) que se encontró en la escena del accidente. De esta forma el jerarca nazi Rudolf Hess que fue juzgado en Núremberg al final de la guerra habría sido un impostor. Un loco sin remedio escogido por su extraordinario parecido físico, y condicionado para creerse Hess.7 Otras teorías dicen que el duque insistió en llevar personalmente el control del avión y que su inexperiencia fue la que causó el accidente.
Verdad, mentira, vaya uno a saber, pero algo debe haber dado las sucesivas postergaciones de ver los archivos del caso Hess
En el año 2003, Channel 4 ofreció una nueva teoría sobre el accidente, en la que se afirmaba que el duque de Kent estuvo involucrado en los acontecimientos que llevaron a la captura de Rudolf Hess. Sin embargo, esta teoría establece que el duque trabajaba con los servicios británicos para engañar a los nazis haciéndoles creer que estaba colaborando con otras figuras de la élite británica para derrocar el gobierno de Winston Churchill.



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